Este impactante titular es una cita extraída del artículo que Paul Krugman, profesor de Economía en Princeton y premio Nobel de Economía en 2008, escribió hace unos días en el digital de EL PAIS (1). No puede perdérselo, pues es clarificador. Le sugiero que vaya al enlace que le muestro, lea el artículo y medite sobre su contenido. Creo que estamos ante una valiosa reflexión.
La gran abdicación lo titula su autor y con ello se refiere al “mirar hacia el otro lado” de muchos estados y organizaciones que podrían ayudar a resolver los problemas económicos existentes en Europa y en el Mundo…si quisiesen y se pusiesen a hacerlo. Pero no parece que hayamos aprendido del pasado que Krugman señala, sino que por el contrario seguimos la senda que antaño nos condujo al desastre económico. Hoy como ayer parece que nadie quiere tomar la responsabilidad de liderar la recuperación global al pensar que eso es cosa de otros.
Y, dice el autor,… “No debería estar sucediendo nada de esto. Como en 1931, los países occidentales tienen los recursos que necesitan para evitar la catástrofe y, de hecho, recuperar la prosperidad (y tenemos la ventaja añadida de saber mucho más que nuestros bisabuelos sobre cómo se producen las depresiones y la manera de ponerles fin). Pero el conocimiento y los recursos no sirven de nada si quienes los poseen se niegan a utilizarlos. Y eso es lo que parece estar ocurriendo. Los fundamentos de la economía mundial no son, en sí, tan preocupantes; es la casi universal abdicación de la responsabilidad la que me llena, a mí y a muchos otros economistas, de una sensación de angustia cada vez mayor.”
Krugman lo achaca a la desidia, a lo que informalmente podríamos señalar como al “unos por otros, la casa sin barrer, al “ese no es mi problema, que lo resuelva quién se ha metido en esa charca”, al “Yo sí he hecho los deberes, que sufran las consecuencias quienes no los han hecho”, etc., pero… ¿podría haber otra explicación?
Ese dejar hacer, ese dejar que se hunda Europa y el Euro ¿puede estar motivado/orientado por algunos? Igual que en cada desastre hay perdedores y ganadores –y de esta última clase también los hubo en el desastre anterior, en el primer tercio del siglo XX- ¿quiénes son los que ahora esperan ganar con el nuevo,posible, desastre? ¿O es que acaso no se detectan escaramuzas activas para entorpecer la recuperación, que pueden juzgarse luego como errores de gestión o como medidas que no han funcionado? ¿O es que acaso los movimientos especulativos “de los mercados” contra el euro –o contra la deuda española- ocurren por casualidad? ¿A qué vienen las calificaciones de algunas agencias de rating que inexplicablemente mantienen su influencia a pesar de su papel en lo de las Surprime, justo en los momentos más delicados, por ejemplo, para España.
Desidia y/o maldad, esa es la cuestión, pero en cualquier caso me temo que la angustia de Krugman es compartida por muchos.
Miguel Villarroya Martín/Arroyo de la Vega. Madrid
P.D. (1) Léase completo en: http://economia.elpais.com/economia/2012/06/25/actualidad/1340656033_226879.html
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