Comentarios recientes

    Categorías

    Categorías

    No es de cuerdos

    En  marzo de 2007 publiqué un artículo titulado: “No es de Cuerdos” (1) que hoy reproduzco aquí con algunas reflexiones adicionales.

    «No puede llamarse cuerdo al hombre que amontona dinero para sus herederos y para los gastos de su funeral, sin que el mismo saque anticipadamente ningún gusto a su fortuna.»

     H.N. Casson.

    Hace unos años un amigo mío, a punto de jubilarse, me dijo que tras la jubilación oficial (a los 65 años, entonces) iba a seguir trabajando en su fábrica tal y como hasta ahora lo estaba haciendo. Mi amigo ya hace tiempo que no puede gastarse lo que gana y está fuera de toda contingencia económica ―incluso, en esta crisis devastadora―. Por otro lado, esta es la tercera vez que puede disfrutar de una existencia de millonario, tras haberse arruinado anteriormente otras dos veces en su vida, y el esfuerzo ―y el talento― puesto en ello, han sido muy grandes y exigentes.  Por otro lado, su salud no es especialmente buena y requeriría un merecido descanso.

    Así pues… ¿Por qué quería seguir haciéndolo, entonces?

    Su argumentación se basaba en que si dejaba la dirección de la fábrica a sus hijos,  el negocio que tenía, se resentiría y esos, obtendrían menores beneficios, debido a su menor experiencia. Por eso tenía que seguir al frente del negocio.

    Ante esto yo tan sólo le hice una y una única observación.

    Y mi amigo, me hizo caso.

    Han pasado los meses, mi amigo está ya jubilado, va a su fábrica algunos minutos al día, dispone de mucho tiempo libre, se ha echado una nueva novia, tiene más vida social, ha vuelto a ver cine ―su afición predilecta―, ha incrementado sus momentos de felicidad y «risas», sonríe mucho más que antes, y su «jubilosa jubilación » lo está haciendo mucho más feliz que nunca. Mientras tanto, sus hijos se han hecho cargo de la fábrica,  y los ingresos…  NO se han resentido.

    Lo que quiero señalar ahora es que mi amigo, al hacerme caso, aceptó mi razonamiento, que no fue otro que: ¿Y para qué quieres seguir ganando más dinero?… ¿Para incrementar el tamaño de la herencia que les vas a dejar a tus hijos y nietos?… ¿Te querrán más, por el sobreesfuerzo adicional que piensas hacer a partir de tu jubilación?… Reflexiona, en que lo que tanto tiempo y esfuerzo te ha costado conseguir…  algún día será de otro. ¡Para ya, y disfruta de lo que tienes!

    Pasaron los meses y una maligna enfermedad  mató a mi amigo, más o menos dos años después de haber tenido esa conversación.

    A su muerte, pensé que  esos dos años que le quedaban los pasó mucho mejor que si hubiese continuado amasando dinero. Y las lágrimas de sus deudos, no creo que hubiesen sido más abundantes, si no me hubiese hecho caso y hubiese seguido trabajando en su fábrica.

    Notas:

    (1)     Revista Más y Mejores Ventas Inmobiliarias. Nº 8, marzo de 2007. Véase en: www.inmobiliari.net

    Miguel Villarroya Martín, a  22 de octubre de 2013. / ObG. 072

    Es necesarios estar conectado para escribir un comentario Conectar