Muera en Humo, quien venda humo. Eso sería seguramente lo que un corrupto político romano del tercer siglo de nuestra era, escucharía mientras padecía una muerte atroz: la hoguera.
Véase una primera formulación de ese hecho:¿Ha visto lo actual que resulta la conducta de Vetronio Turino en nuestros días?
¿Cuánto humo venden los políticos que padecemos hoy? ¿Cuántos interceden, ante un poder más alto o más preciso, por dinero, en favor de otros? ¿Cuántos prevarican? Pues no lo puedo saber. Pero lo que sí se sabe es que, humo, haberlo lo hay, y no hay hogueras. ¡Qué raro!
Y más raro aún, que algún juez -el que posee fe y esperanza- ha estado a punto de ahogarse en estos días, en España, -empapelado- por atreverse a rebuscar entre las acciones de algún poderoso, que llevó a la ruina a la entidad bancaria que presidió durante un tiempo. ¡Un abrazo, Elpidio!
La brutalidad del castigo era cosa de la época y por eso, hoy, nos horroriza. Pero la ejemplaridad de la historia es evidente. Y es que para muchos, en muy diversos tiempos y situaciones, el político debe de ser, sobre cualquier otra cosa, honrado. Y si no lo es, retirado inmediatamente de su cargo y juzgado por sus fechorías.
En las notas a pie de página le señalo otras fuentes que cuentan la misma historia.
Notas:
(1) El fragmento ha sido extraído de: DICCIONARIO MANUAL Y DICHOS MEMORABLES DE HECHOS DE LA HISTORIA ANTIGUA. TRASLADADO AL CASTELLANO POR EL TENIENTE CORONEL DON BERNARDO MARÍA DE CALZADA. TOMO I. MADRID: EN LA IMPRENTA REAL. 1794. Se hallará en la Librería de Gómez, calle de Carretas. La cita se halla en la página 119 y 120. Libro escaneado por Google Books, desde donde se han trasladado, con la grafía que allí se encuentra, la anécdota señalada.
(2) Se refiere a Alejandro Severo, Emperador romano. “Marco Aurelio Severo Alejandro, conocido como Alejandro Severo, (Arca Cesarea, Siria, 1 de octubre de 208 – Mogontiacum, Germania Superior, 18 de marzo de 235) fue emperador romano desde el año 222 hasta el 235, último de la Dinastía Severa. Sucedió a su primo, Heliogábalo, tras el asesinato de éste en 222, y terminó su reinado también asesinado, dando comienzo a la época conocida como la crisis del siglo III.Nació en la ciudad de Arca Cesarea, en la actual Siria. Era hijo de Gesio Marciano y de Julia Mamea y nieto de Julia Mesa. Su nombre era, inicialmente, el de Alejandro Basiano.”
Véase por ejemplo: http://es.wikipedia.org/wiki/Alejandro_Severo
(3) También he encontrado esta otra cita en el texto: Deleyte de la Discreción. Editado “en tamaño cómodo para poderse llevar en la faltriquera”, en la imprenta de Antonio Sastres. Barcelona 1807, bajo esta arcaica y bella forma: (Pág. 79 y 80) “Alexandro severo mandó quemar. À fuego lento de leña verde, à uno de sus favorecidos, de quien supo, que abusando del ministerio que obtenía, se dexaba sobornar de los pretendientes; y en el pregón decían; Muera en humo, quién vende humo. Libro escaneado por Google Books.
(4) Y en el Diccionario Curioso y Divertidoó Revista de Chistes, Dichos agudos y sentenciosos…, editado en la imprenta de Vega y Compañía. Madrid. 1806, (Pág. 23), lo he hallado transcrito de esta forma: “Alexandro Severo, Emperador romano sucesor de Heliogabalo, no permitía que se vendiesen los oficios de la Magistratura, pues decia: que lo que se compra por mayor, se vende por menor. Habiendo averiguado que un sugeto á quien favorecia, vendia este favor dando vanas esperanzas, y habiendole convencido de sus delitos, mandó que le ahogasen en el humo de una hoguera, y que el pregonero gritase mientras tantos: muera de humo, el que humo ha vendido.” Libro escaneado por Google Books.
Miguel Villarroya Martín, a 10 de diciembre de 2013 / RdP.074
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