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    Idiotas Lejanos

    En la postal anterior le hacía ver que los comportamientos salvajes de las sociedades medievales que coexisten con nosotros, era doble: no solo la maldad aparecía en los casos que señalábamos sino que, como compañero indisoluble, aparecía la estupidez.

    No creo que le quepa duda de la existencia de ese binomio perverso, pero por si acaso le quedasen dudas, le muestro lo que hoy he leído en una noticia de Europa Press, y que se ha repetido en muchos periódicos, sin duda asombrados por lo desmedido de la misma. Y es que otros descerebrados  han condenado los viajes a Marte para los musulmanes  «Un viaje de un solo sentido suponen un riesgo real para la vida, y no podrían ser justificados en viaje al Islam. Existe la posibilidad de que una persona que viaje a Marte no pueda sobrevivir allí y sea más vulnerable a la muerte», ha dicho el organismo. Por ello, ha advertido a los que participen en el viaje que «probablemente mueran sin una razón correcta», pudiendo ser sometidos al mismo castigo que los que se suicidan, según ha informado el diario emiratí ‘Jaleej Times’.» (1)

    La majadería de la “fatua” es sin duda tan enorme como el planeta que les parece tan peligroso, y tan lejana de la cultura y civilización, como lo están esos brutos de aquellos intrépidos navegantes árabes que descubrieron con ayuda de la brújula, el astrolabio y sus carta de navegar nuevas rutas que luego, españoles y portugueses utilizarían con más provecho. «Con el islam, quinientos años antes de que los afamados marinos portugueses doblaran el cabo de Buena Esperanza y penetraran en el índico en busca de sus especias, los árabes ya habían establecido la ruta marítima más larga y lucrativa del mundo, que se extendía del áfrica Oriental a la mismísima China, pasando por las costas de Arabia, la India e Indonesia. Los árabes volvieron a dominar el océano índico. Ya en el siglo IX navegaban directamente a Cantón en China. Dominaban las artes de la navegación: poseían grandes conocimientos de astronomía; construyeron observatorios y enriquecieron la enciclopedia matemática y astronómica de Ptolomeo. Estaban familiarizados con la brújula y utilizaban el astrolabio para calcular la posición por medio de los cuerpos celestes. Los capitanes tenían rahmanis (tratados náuticos) y suwar (cartas de navegación), y llegaron a poseer un conocimiento tan avanzado de los monzones que, utilizando almanaques especiales, podían predecir de manera precisa las fechas de llegada de sus veleros, por alejados que estuvieran los puertos desde los que zarpaban. El conocimiento del mar era algo que guardaban celosamente y la sabiduría la transmitían de generación en generación a través de poemas y canciones.» (2)

    Ninguno de esos navegantes árabes, que descubrieron nuevas rutas y aportaron valiosos conocimientos científicos y geográficos a toda la Humanidad, se merece a esos idiotas como descendientes.

    ¡Que Iblis se lleve pronto a esos brutos!

    Notas:

    (1)     Emitida una ‘fatua’ que determina que los viajes a Marte están prohibidos por el Islam. Véase por ejemplo en:  http://www.teinteresa.es/mundo/Emitida-determina-Marte-prohibidos-Islam_0_1088891257.html#WaQ18QOgDSFVTU8G

    (2)     Véase el excelente artículo titulado: Tras la estela de los Árabes del mar en: http://www.sge.org/sociedad-geografica-espanola/publicaciones/boletines/numeros-publicados/boletin-no-25/tras-la-estela-de-los-arabes-del-mar.html

    Miguel Villarroya Martín, a  21 de febrero de 2014 / CyE.039

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