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    Hacer y hacer parecer

    Aforismo 130 de Baltasar Gracián

    Baltasar_Gracian_21772.jpg_1306973099Las cosas no pasan por lo que son, sino por lo que parecen. Valer y saberlo mostrar es valer dos veces. Lo que no se ve es como si no fuese. No tiene su veneración la razón misma donde no tiene cara de tal. Son muchos más los engañados que los advertidos: prevalece el engaño y júzganse las cosas por fuera. Hay cosas que son muy otras de lo que parecen. La buena exterioridad es la mejor recomendación de la perfección interior. 

    En este múltiple aforismo, parece como si  Gracian lo hubiese preparado especialmente para los vendedores y agentes comerciales actuales.

    Y de nuevo sus palabras son una muestra de sensatez comercial que no deberíamos olvidar. ¿Cuántas veces hemos pensado que una casa valía o no valía lo que el otro decía? ¿Y cuántas veces nos hemos equivocado en el pronóstico de venta?  Menos errores hubiésemos cometido en su evaluación si en esos momentos hubiésemos recordado este aforismo. Y es que, como sabemos, el valor está en la mente del Otro. Las cosas valen para el Otro lo que a este le parece que valen y nuestra personal valoración apenas sí le importa.

    Las cosas -las casas que vendemos- son lo que parecen ser, aparentan o lucen… a los que nos vienen a comprar. Y lo que no se ve, es como si no fuese o existiese para la venta, esto es, que lo que no se advierte en la oferta, no entra a formar parte de las cosas sobre las que deciden comprar o no comprar los interesados. Gracián hasta lo cuantifica. Valer y saberlo mostrar es valer dos veces, nos dice.  Por eso es tan importante la fase de muestra y presentación de la Oferta que podemos ofrecer a nuestros clientes.

    ¿Recuerda la semibroma de que si no estás bien posicionado en Internet, no existes?  ¿A qué  conoce a alguien  que  está muy bien posicionado y que sin embargo tiene una estructura empresarial muy débil? ¿Y cómo aparenta lo contrario, verdad?

    Pero no se confunda, Gracián no habla del engaño sino de que como la mayor parte juzga por las apariencias (Son muchos más los engañados que los advertidos: prevalece el engaño y júzganse las cosas por fuera. Hay cosas que son muy otras de lo que) , más nos vale ser y aparentar ser buenos en lo que hacemos,  puesto que  si sólo lo somos y no lo aparentamos o damos una peor imagen de nuestra verdadera naturaleza… seremos juzgados como malos. Como consecuencia, si somos buenos en algo, mostrémoslo  a todo el mundo, de la mejor forma posible.

     Termina el autor, resumiendo en frase lapidaria, que la  buena exterioridad es la mejor recomendación de la perfección interior. (Debe entenderse que esta recomendación práctica acerca de la utilidad de la buena apariencia no significa el abandono de los buenos interiores o calidad de nuestras acciones.)

     Parecer bueno para ser elegido y ser bueno para nuestra aceptación posterior  es lo que el Hombre Prudente debe de lograr.

    Notas:

    (1)  Extraído de la Primera edición de El Oráculo Manual y Arte de la Prudencia, publicado en Huesca, Aragón, en 1647.

    Miguel Villarroya martín, a 18 de enero de 2014 / FrS.014

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