Es constatable que apenas si hay desacuerdo en la importancia y necesidad de la formación laboral en España y se pueden encontrar artículos entusiastas sobre la importancia de la misma casi cada día, casi en cualquier medio y sobre cualquier área laboral. La formación se ha convertido en un icono popular sobre el que apenas hay disensiones en cuanto a su valor. Se ha convertido en un dios… y sólo los insensatos hablan más de los dioses.
Pero algo pasa con la formación laboral en nuestro país. Si tan buena es… ¿por qué se consume tan poco? Sobre todo cuando, además, en alguna de sus variantes es totalmente gratuita.
Buena, abundante… y poco demandada. ¡Qué raro, no?
Escribo esta nota al reflexionar sobre la noticia aparecida en el digital Invertia.com, cuyo enlace le facilito más abajo, en el que bajo el título de: Solo el 12% de las empresas utilizó la formación bonificada para sus trabajadores, se dan datos inquietantes tales como que: “tan sólo el 12% de las empresas españolas utiliza la formación bonificada” o que “Las empresas no han tirado del fondo que tienen para financiar la formación de sus empleados. El 27,3% del crédito se quedó sin utilizar en 2011 pese a no suponerles un desembolso adicional dicha utilización pues se nutre de las bonificaciones de las cuotas que las compañías pagan a la Seguridad Social por ese concepto.” Hay muchos más datos interesantes en el artículo por lo que le sugiero su atenta lectura y reflexión.
Pero volviendo a la contradicción indicada: “Buena, abundante… y poco demandada” cabe preguntarse por qué puede ser eso. ¿A qué se debe que siendo tan bueno no sea totalmente consumido o que haya empresas que ni siquiera lo prueben?
Y sobre todo: ¿cuáles pueden ser las causas: Se nos apunta que el desconocimiento del sistema por parte de las empresas es la causa principal, es decir, no se demanda porque no se conoce. Sin duda esa debe ser una de las razones principales, pero hay otras también importantes, como por ejemplo:
a) La presentación de las empresas de formación, de esa posibilidad para la mejora de las habilidades de los trabajadores de cada empresa, puede no ser la mejor de las posibles. Y conseguir más rechazos que éxitos puede deberse en algunos casos porque se vende mal.
b) Es posible que la auténtica percepción del empresario respecto del valor de la formación ofertada sea mala precisamente por su “carácter gratuito”. La falacia: si es gratis no puede ser bueno, puede estar más extendida de lo que pensamos.
c) Puede haber una inadecuación excesiva entre los contenidos ofertados y las necesidades reales de la empresa. Esto es, se ofrece algo que la otra parte no necesita.
d) Podemos estar en otros casos ante cursos con contenidos genéricos o anticuados o no puestos al día, cursos absolutamente obsoletos.
e) Otros cursos pueden ser muy abstractos, es decir, no orientados a las necesidades actuales de la actividad laboral.
Todas o algunas de esas causas pueden explicar que siendo bueno y gratuito sea además poco demandado.
Miguel Villarroya Martín /Arroyo de la vega /Madrid /España / FE.006
Notas:
(1) Léase completa en: http://www.invertia.com/noticias/empresas-utilizo-formacion-bonificada-trabajadores-2760211.htm
Es necesarios estar conectado para escribir un comentario Conectar