La pregunta sobre cuál es el estado del sistema educativo español puede tener diferentes respuestas según de dónde vengan y según sean los fines del que opine, así que pueden estar más o menos segados; es por ello que nosotros NO contestaremos a la pregunta -porque podríamos incurrir en lo mismo que criticamos- y si en cambio escucharemos con atención a los que por mandato tienen obligación de velar por su estado.
A este respecto fíjese en lo que dice el Informe sobre el anteproyecto de ley orgánica para la mejora de la calidad educativa remitido al Consejo de Ministros de España por el ministro de Educación, Cultura y Deporte con referencia a ese anteproyecto que modificarála Ley Orgánica de Educación de 2006. Y que ha sido tratado en el Consejo de Ministros del día de hoy. Dice así:
“La objetividad de los estudios comparativos internacionales, que reflejan como mínimo el estancamiento del sistema, llevan a la conclusión de que es necesaria una reforma del sistema educativo que huya de los debates ideológicos que han dificultado el avance en los últimos años. Es necesaria una reforma práctica, que permita desarrollar al máximo el potencial de cada alumno.
Datos positivos
Los datos obtenidos en los estudios comparativos nacionales e internacionales (incluido el último informe de la OCDE: «Panorama de la Educación 2012») permiten reconocer fortalezas en nuestro sistema educativo:
Falta de resultados
Sin embargo, atendiendo a estos informes cabe señalar que esta mayor inversión en cantidad no se traduce en mejores resultados:
Nótese pues que aún habiéndose incrementado los recursos para mejorar el sistema, sus resultados son peores que los logrados por otros países de nuestro entorno. Y sin embargo… ¿en cuántas algaradas, manifestaciones y declaraciones recientes no hemos oído hablar de las maldades del Gobierno actual por “recortar” los recursos destinados a Educación?… No será que no es la cantidad de recursos disponibles lo que asegura la calidad de resultados sino la administración eficaz de lo que se dispone?
¡Con más recursos hemos logrado menos? A eso se le llama despilfarro. Y eso es contra lo que los manifestantes deberían luchar: no sólo por más recursos sino fundamentalmente por su mejor uso… Y quizás ese mejor uso pasaría porque dedicasen su precioso tiempo más que a gastarlo en manifestaciones reclamando más recursos, a enseñar mejor a sus alumnos.
Miguel Villarroya Martín / Arroyo de la Vega/ Madrid / España /Fe.004
Nota:
(1) Puede leerse en:
http://www.lamoncloa.gob.es/ConsejodeMinistros/Referencias/_2012/refc20120921.htm#CalidadEducativa
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