Comentarios recientes

    Categorías

    Categorías

    El otro Gobierno Mundial

    Vea lo que he encontrado en la versión digital del periódico barcelonés LA VANGUARDIA, escrito por Luis Amiguet,  titulado: «El gobierno mundial ya existe y no nos representa» que recoge una entrevista del periodista al autor de, entre otras obras (1),  ‘Legitimidad y diseño de la gobernanza mundial’, Jonathan Koppell. (2)

    En esa frase, el autor, da por hecho su existencia a la vez que señala que ni lo hemos elegido ni cuenta con nosotros para tomar sus decisiones. Con estas palabras podría pensarse que el entrevistado está sugiriendo lo que otros muchos “conspiranoicos” advierten: un Gobierno Mundial manejado por hombres sin escrúpulos pertenecientes a nueve familias – o seiscientas multinacionales- que desde hace cientos de años conspiran para hacerse con el poder –y las riquezas- en todo el planeta. Haylos incluso que en su versión más disparatada alude a pactos entre humanos y no humanos para el control de la humanidad…  Pero el entrevistado no se refiere a ninguno de esos dos extremos: En su opinión el gobierno mundial “es una legión de grises abogados y tecnócratas que discuten y pactan miles de normas y acuerdos minuciosos que regulan todos los aspectos de nuestras vidas en salas de reuniones de Singapur, Suiza, Londres o cualquier otro pacífico rincón del globo.” (3)

    Esto es, no hay nada personal, sólo negocios, normas y regulaciones que por el simple hecho del paso del tiempo y del desarrollo exigen acuerdos globales para que el mundo funcione eficientemente.  Una gobernanza a través de normas y acuerdos regulatorios entre las multinacionales que existen en cada área de negocios.

    No sé si el entrevistador se toma en serio la entrevista pero sí lo hace el entrevistado y es tal la pulcritud de sus respuestas, que me han dado miedo. Koppell no duda de lo que dice y lo da por inevitable. La Gobernanza mundial es necesaria, está ahí y se manifiesta en cosas tales como: “Desde 1874, entes como la Unión Postal Universal superan guerras y cataclismos para llevar correo por todo el planeta. Piense en la complejidad y la maravilla de pagar un sello para un sobre en Barcelona y que alguien trabaje en Malasia para entregarlo.” Sí, y que podamos comunicarnos instantáneamente con un amigo en Venezuela o en Bangkok también es cuestión de protocolo, rutinas y procedimientos previamente establecidos y acordados por los técnicos que con sus disposiciones y reglamentos, lo hacen posible. Casi todo lo que podemos hacer globalmente ha sido pactado anteriormente por los que hacen protocolos  y son sus intereses los que deciden cómo se harán las cosas.

    Así que Koppell  le da una vuelta de tuerca a la “Teoría de la Conspiración”: Nada de judíos, nada de banqueros despiadados, nada de masones o Illuminati, nada de Poussin y el Priorato de Sión. No, sólo, tan sólo, normativas y reglamentos cada vez más extendidos e intrincados, creados por los cuerpos técnicos y directivos de multinacionales que buscan maximizar sus beneficios. De nuevo, nada personal, sólo eficiencia y negocios.

    Nótese que cuando se repara en el problema del Mal en la Tierra, si lo llevamos al terreno personal, la existencia entonces del Diablo es discutida y discutible – unos creen en su existencia y otros no- pero llamo la atención del lector a que cuando le desposeemos de su aspecto personal, no hay discusión posible: el Mal existe. Puede que no exista el Diablo pero que el mal devasta a la humanidad desde el principio no es discutible. ¿Es lo mismo que lo que sucede con la Teoría de la Conspiración? ¿Es posible que la Gobernanza mundial  no requiera de ningún protagonista principal  y que la Biblia Negra de la Sinarquía de algunos conspiranoicos no sea sino el conjunto de normas, regulaciones y reglamentos que hacen posible la acción global?

    Nótese, que eso no quita que esos acuerdos acerca de cómo tienen que ser las cosas en un área determinada de la actividad humana sean tomados por las corporaciones del sector de que se trate.  Y que sí haya, sujetos que determinan cómo será la conducta del resto de los humanos al utilizar uno u otro servicio, los reglamentadores, y que estos, sí busquen la máxima eficiencia para llegar al máximo beneficio y que no cuenten con la opinión de los ciudadanos para establecerlos, pero no habría en ello ningún tipo de mesianismo… se trataría tan sólo de la búsqueda de eficiencia, poder y dinero.

    La ventaja de este enfoque no personal de la Conspiración es que puede ser verificado mientras que el aspecto personal –las sociedades secretas, la liga de Münich, los Templarios, los iluminados de Baviera, el Sionismo internacional, etc., no con certeza.

    La vuelta de tuerca de Koppell es oportuna. No nos deja más tranquilos pero motiva nuestra reflexión posterior. Gracias por ello, Jonathan.

    Notas:

    (1) Véase un listado de sus obras aquí: Jonathan Koppell , Arizona State University, Public Programs, College of, Public Affairs, School of, en:

    http://www.experts.scival.com/asu/expertPubs.asp?n=Jonathan+Koppell&u_id=1213

    (2) Koppell es un tipo serio.Puede verse su perfil académico en:

    http://spa.asu.edu/about_us/faculty-profiles/jkoppell

    (3)  Léase la entrevista completa en:

    http://www.lavanguardia.com/lacontra/20130129/54363205306/la-contra-jonathan-koppell.HTML

     

    Miguel Villarroya Martín / Arroyo de la Vega / Madrid / España / EPJ-010

     

    Es necesarios estar conectado para escribir un comentario Conectar