No había yo nunca oído hablar del ministro de Comunicaciones de Brasil, Don Paulo Bernardo, pero sin duda que, por sus últimas declaraciones, tiene que ser un tipo ingenioso. Me refiero a las que con motivo de las recientes noticias sobre el espionaje USA sobre países amigos (?) como Méjico y Brasil, han estallado recientemente. La historia es bien conocida y ha tenido mucha difusión (1).
Y no ha terminado, pues los espiados se han enfadado… y han pedido a USA,explicaciones -solo explicaciones- (2). No podemos sin embargo reprochárselo pues salvo la batalla mediática, ¿qué otra cosa pueden hacer esos países salvo “aceptar” que ellos no son, para la Administración USA, “ni amigos ni enemigos pero sí problemas para el futuro” (3)
Alguna cosa puede hacerse sin embargo. Véase lo que se le ha ocurrido, en su enfado, al Gobierno Brasileño: Si el problema es el correo electrónico monitorizado por la NSA o con la cierta complicidad de los grandes proveedores de correo, ¿por qué no acudir a otro, más seguro? Y en eso están. Leemos que: “En el caso de los correos electrónicos, la idea es establecer protocolos más seguros, pues como afirmó Bernardo, muchos de los mensajes «tienen copia para Obama». Desde que salieran a la luz los casos de escuchas ilegales, Rousseff utiliza un sistema de correo criptografiado. Un método que el Gobierno quiere ofrecer a sus ciudadanos de manera gratuita para el año que viene. (4)
¿Sólo eso? No, porque entre las buenas intenciones está, esta: “»Todas aquellas entidades que colaboren con ese tipo de servicios tendrán las licencias para operar en Brasil canceladas», sentenció el ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo, según ha publicado el portal Estadao.” (5)
La respuesta mejicana ha sido más tibia, pero formalmente parecida a la más firme de Brasil.
No le quepa la menor duda, el terremoto Snowden se desactivará poco, con los sobresaltos que puedan quedar pendientes, y la calma del rebaño volverá a nuestras sociedades. Podemos jugar a hacerle la vida más difícil a los pastores y a sus dueños, pero la batalla está perdida: We are property!
Notas:
(1) Véase por ejemplo, el artículo de Juan Arias en el País: Brasil convoca al embajador de EE. UU. tras nuevas acusaciones de espionaje. Léase completo en: http://internacional.elpais.com/internacional/2013/09/02/actualidad/1378133902_556483.html
(2) Véase por ejemplo: Brasil pide explicaciones a EEUU por el espionaje a Rousseff. Léase completo en: http://www.publico.es/internacional/465911/brasil-pide-explicaciones-a-eeuu-por-el-espionaje-a-rousseff. Para una visión más amplia de este asunto, ponga en su buscador los términos: Espionaje Dilma Rousseff… y verá lo que le sale.
(3) Otro tipo ingenioso es el autor del diapositiva de la NSA titulada: Identifying challenges for the future (Identificando desafíos para el futuro.) Véase la serie publicada por The Guardian. Y, no olvide, para el futuro próximo, las tres diapositivas en negro que el periódico inglés no quiso publicar. ¿Qué habrá en ellas? ¿Qué próximas réplicas del terremoto Snowden nos sobrecogerán?
(4) Léase la noticia de la agencia EFE titulada: : Brasil cerrará las empresas que colaboren con el espionaje de EEUU, en http://www.europapress.es/latam/brasil/noticia-brasil-gobierno-planea-cerrar-empresas-colaboren-espionaje-eeuu-20130903154042.html . Pero el problema es que los datos y metadatos que obtienen de nosotros no se sacan sólo del correo electrónico sino a través de cualquier comunicación que hagamos. Por eso, aunque alabamos el gesto de independencia brasileño, mucho nos tememos que será parcialmente inútil.
Miguel Villarroya Martín a 3 de septiembre de 2013. (O peor, del año 39 después de 1984)/ EpJ.045
P. S. (05/09/2013) Publicada ya esta noticia, leemos posteriormente un artículo de Germán Aranda quién, desde Río de Janeiro dice que: “el ejecutivo brasileño ha decidido acelerar la construcción de un satélite geoestacionario que permita proteger el influjo de comunicaciones en el país, informó el diario local ‘Estado de São Paulo’. El proyecto, que ya estaba en marcha antes de dichas informaciones, permitirá una mayor seguridad e independencia por parte de Brasil puesto que, hoy en día, todas las comunicaciones telefónicas y de datos pasan por un satélite de la empresa brasileña de telecomunicaciones Embratel, privatizada en 1997 y controlada por la multinacional Claro cuyo propietario es el mexicano Carlos Slim. El gobierno quiere comprar dicho satélite y la tecnología para fabricarlo. Un dispositivo podría desconectar terminales no autorizados que se conectaran al satélite, impidiendo intromisiones como la de la NSA.”
(Publicado en: http://www.elmundo.es/america/2013/09/04/brasil/1378325142.html)
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