Usted conocerá posiblemente la fábula que con varios nombres y a través de varios autores ha llegado hasta nosotros y que concluye con un desafío terrible: ¿Y quién le pone el cascabel al gato? Con el nombre más conocido de El congreso de los ratones (1) se indica en ella que cualquier ingenioso hallazgo que pueda concebirse frente a un serio problema necesita siempre de un sujeto –actor- que lo lleve a cabo. Sin acción no hay cambio, sólo permanencia en la misma situación que se critica. Y no hay acción, si no hay alguien que haga algo para remediarlo, y la “solución” sólo es una idea que nada vale porque a nada mueve.
¿Qué cuál es la explicación de tal inacción?… ¡El Miedo!
Es el Miedo a la reacción salvaje del criticado lo que paraliza –salvo a los héroes y los mártires- su crítica hacia el Poder. Es el convencimiento –la aceptación- de que nada gana y todo pierde el que se enfrenta al Poder establecido, lo que hace enmudecer a muchos. Es la evidencia de que el poder represor tratará de hacer callar definitivamente a las voces discordantes, lo que hace que pocos hablen. Es la indefensión del individuo frente a un Poder gigantesco lo que le hace abdicar de sus razones.
El Miedo es el segundo jinete que acompaña a todos los que cabalgan los caballos del apocalipsis, el Miedo acompaña a la Devastación económica de nuestra Sociedad (caballo blanco), a La Guerra (caballo rojo o bermejo), al Hambre y la Enfermedad (caballo negro) y a la Muerte (caballo bayo o pálido). El Miedo corroye la firmeza del hombre justo en muchas ocasiones.
Léase a estos efectos el estupendo alegato que con el título de: ¿Quién se atreve a decir la verdad al poder?, la escritora Monika Zgustova publica hoy 30 de diciembre de 2012 en la versión digital de EL PAIS (2) En el, la autora habla de Alejandro Solzhenitsyn (3) , escritor e historiador ruso, premio Nobel de Literatura en 1970, del valor de sus denuncias contra los desmanes del comunismo ruso de su época… y del escaso afecto y efecto que las denuncias contra el poder absoluto del régimen de la URRS, pasado un tiempo y salvo la excepción francesa, tuvieron entre los intelectuales de dentro y fuera de su país de origen. El artículo es excelente y le animo pues a su lectura. Le dejo como cita el último párrafo de su artículo: “En estos tiempos oscuros sería decisivo para todos que lúcidos e intrépidos Solzhenitsyns pusieran su dedo en la herida y sacaran del anonimato la multitud de destinos individuales pulverizados por los desmanes del poder político, financiero y económico.” Y no deje de notar su acerada crítica hacia los intelectuales que callan frente a situaciones claras de injusticia social.
Pero peor que el silencio frente a las injusticias, puede ser otra consecuencia del Miedo, pues este puede hacernos enmudecer -o en algunos pocos casos heroicos luchar contra él- pero su máximo logro se halla no en las lenguas cortadas que consigue sino en las agradecidas y convencidas que una constante exposición a sus tesis, logra. ¿Recuerda usted el final de la obra de George Orwell, 1984? Se lo anoto por si acaso: “Contempló el enorme rostro. Le había costado cuarenta años saber qué clase de sonrisa era aquella oculta bajo el bigote negro. ¡Qué cruel e inútil incomprensión ¡ ¡Qué tozudez la suya exilándose a sí mismo de aquel corazón amante! Dos lágrimas, perfumadas de ginebra, le resbalaron por las mejillas. Pero todo estaba arreglado, todo alcanzaba la perfección, la lucha había terminado. Se había vencido a sí mismo definitivamente. Amaba al Gran Hermano.”(4)
Éste es el gran logro de los totalitarismos extremos, y es que el Poder no sólo produce mudos forzosos por el Miedo, si no que también logra la adhesión incondicional de muchos otros como consecuencia de su eficaces técnicas de comunicación de masas.
¿No hay pues más salidas frente a una situación ominosa, que el silencio, la adhesión o la inmolación…?
El valor de una gota de agua no es nada sino es seguida por otras muchas; es pues la acción de conjunto de muchos pocos frente a un hecho injusto lo que puede romperlo. Que nuestras acciones sean como una gota de agua dentro de una serie de otras muchas dirigidas en la misma dirección es un cuarto camino. Le invito a pensarlo.
Miguel Villarroya Martín/ Madrid / España/ PP.008
Notas:
(1) Véase la fábula de Iriarte, por ejemplo en:
http://albalearning.com/audiolibros/samaniego/f1-3-08congreso.html
(2) Léase completo en: http://elpais.com/elpais/2012/12/26/opinion/1356538971_556236.html
(3) Véase por ejemplo: http://es.wikipedia.org/wiki/Aleksandr_Solzhenitsyn
(4) Véase por ejemplo: http://es.wikipedia.org/wiki/1984_(novela) “La novela es una descripción analítica de los regímenes totalitarios, muy en particular del régimen estalinista. El título que se le da al gran dictador así lo sugiere: «Gran Hermano». Una alusión inequívoca a Stalin.” 1984. El gran hermano te vigila. Si puede léala completa o hágalo de nuevo si no lo ha hecho antes.
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