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    Capacidad de Compromiso

     Fui estudiante como oyente en la Universidad de las Américas por algún tiempo…

    Un maestro al que mucho le aprendí fue Marco Ávila.

    Todavía resuena en mis oídos una frase, para mí, indeleble:

    “El único camino para que un hombre se salve es que sepa comprometerse”…

    “Que tenga capacidad de compromiso”.

    La afirmación fue hecha y subrayada con energía, por parte del maestro.

     Lo pensé varias veces y por algún tiempo… Me pareció congruente; hoy pienso que es la piedra de toque para poder vivir con dignidad.

    Esa dignidad que solo los seres humanos podemos desarrollar…

     

    Han pasado los años y cada vez que en mi camino me encuentro ante una encrucijada sin saber con certeza qué camino tomar, la frase del maestro Ávila viene a mí.

    Trato de aplicarla, tomo entonces el camino que la razón mi razón me indica, tratando de vacilar lo menos posible.

     Debo decir que no siempre la elección es favorable, sino todo lo contrario, fallé…

    Es entonces cuando se hacen presentes las circunstancias adversas, desconocidas,  frustrantes, a veces dolorosas…

     Es entonces cuando en mi ser todo empieza a luchar para enderezar el camino, replantear nuevamente la ruta…. Volver a empezar…

    Todo mi ser se despierta, se tensa, crece; y vuelvo a empezar, en este caso ya, con la verdad de mi lado.

     

    Otro maestro que enriqueció mi vida fue Juan de Dios Legorreta, de él anoto para finalizar:

    LA VIDA ES UN EXPERIMENTO SIN FIN.

    LA SABIDURIA ES EL FONDO DEL EXPERIMENTO.

    LA FE ES EL ESPIRITU DEL EXPERIMENTO.

    EL CARÁCTER ES EL RESULTADO SUBJETIVO DEL EXPERIMENTO.

    EL ÉXITO MATERIAL ES EL RESULTADO OBJETIVO.

     Nissim Mansur T. / Sept. 15/13 / nissimmansur@gmail.com

     

    * Nissim Mansur es colaborador, entre otros medios, de diariojudio.com, sitio de Internet en el que lo conocí por primera vez, hace unos meses. Desde entonces, tiene la cortesía de mandarme periódicamente sus «líneas de fuerza» que me «obligan» a meditar en sus acertadas observaciones.

    Miguel Villarroya Martín, a veintidós de septiembre de 2013 / LdF.060

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