Comentarios recientes

    Categorías

    Categorías

    Aristódico, y el Oráculo de los Bránquidas

    Véase esta historia maravillosa que muestra, entre otros aspectos notables, el ingenio de ARISTODICO:

    10OráculoApolo3

    Pero hay más.  Mucho más en esta historia. (1)

    El pensador mejicano Javier Pallarés (1843-1904) en su obra: Del Derecho en general,  cuenta la misma historia de una manera muy bella ―eliminando  la justificación final del oráculo consultado―. Tiene interés su reflexión acerca de la oposición entre las creencias religiosas y las necesidades de la sociedad: «Esta leyenda simboliza la eterna lucha entre las leyes de la realidad y las ideas tradicionales, entre las creencias religiosas hijas de las primitivas concepciones del espíritu y las revelaciones de la experiencia;…» (2) que le sugiero revisar.

    (3) En el fragmento 159 del libro I de los nueve libros de la Historia de Herodoto, se lee: «Luego que llegaron a los Bránquidas, hizo Aristódico la consulta en nombre de todos, y preguntó en estos términos: «¡Oh rey! Ha llegado a nuestra ciudad como suplicante Paccias el lidio, huyendo de una muerte violenta a manos de los persas. Éstos lo reclaman y mandan a los cimeos que lo entreguen. Nosotros, aunque tememos el poder de los persas, no nos hemos atrevido hasta ahora a entregar un refugiado antes que nos reveles claramente cuál es el partido que debemos seguir». Así preguntó, y el dios le dio de nuevo el mismo oráculo, con orden de entregar Paccias a los persas. Entonces Aristódico con toda intención hizo lo siguiente: se puso a recorrer el templo, y a echar de sus nidos a todos los gorriones y demás pájaros que habían anidado en el templo. Dícese que mientras hacía esto salió una voz del santuario que se dirigió a Aristódico y le dijo: «¡Oh el más impío de los hombres! ¿Cómo te atreves a hacer tal cosa? ¿Arrojas del templo a mis suplicantes?» A esto respondió Aristódico sin vacilar: «¡Oh rey!, tú proteges así a tus suplicantes ¿y mandas a los cimeos entregar el suyo?» Y luego el dios respondió nuevamente: «Sí, lo mando para que por esa impiedad perezcáis cuanto antes, y no volváis otra vez a mi oráculo a consultar sobre la entrega de suplicantes». (3)

    Notas:

    (1)    El fragmento ha sido extraído de: DICCIONARIO MANUAL  Y DICHOS MEMORABLES DE HECHOS DE LA HISTORIA ANTIGUA. TRASLADADO AL CASTELLANO POR EL TENIENTE CORONEL DON BERNARDO MARÍA DE CALZADA. TOMO I.  MADRID: EN LA IMPRENTA REAL. 1794. Se hallará en la Librería de Gómez, calle de  Carretas. La cita se halla en la página 22 y 23. Libro escaneado por Google Books, desde donde  se han trasladado, con la grafía que allí se encuentra, la anécdota señalada.

    (2)    Véase en: http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080032741_C/1080032741_T1/1080032741_19.pdf . Sobre Javier Pallarés puede verse, por ejemplo, el PDF: http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/facdermx/cont/22/dtr/dtr11.pdf

    (3)    La cita anterior reproduce a su manera el texto de Herodoto sobre este asunto. (Los nueve libros de la Historia. Libro I.) La fuente original puede verse aquí:  http://es.convdocs.org/docs/index-7206.html?page=14 , Léase especialmente los fragmentos 154 a 160.

    Miguel Villarroya Martín / RdP.075

    Es necesarios estar conectado para escribir un comentario Conectar