La primera es técnica: de nuevo se vuelve a caer en el error de la hipótesis aditiva (2)del coste de la vivienda achacándose así al suelo la maldad intrínseca de su coste como responsable del alto precio de las viviendas.Y así se cae cuando erróneamente se dice que: “Es sabido que la clave de la crisis de la vivienda no está en el ladrillo o en el cemento, sino que está relacionada con el suelo cautivo, especulativo, y, por tanto, escaso en las condiciones que serían normales en el mercado. Y puesto que, después del séptimo día de la Creación, se dejó de fabricar suelo, lo que viene ocurriendo entre sus sucesivos y eventuales propietarios, es compraventa, subasta, permuta, chalaneo o liquidación.”“La cultura del bien escaso es un instrumento muy eficaz para encarecer los bienes y para enriquecer a sus propietarios, que terminan por establecer circuitos cerrados de difícil acceso para el común de los mortales. Y a veces son las administraciones las que, en contra de lo que debería ser su cometido de protección a la sociedad, legalizan los servicios de esas pocas manos en cuyo poder está el suelo. La repercusión del valor de la parcela en el precio de una vivienda condiciona el mercado hasta hacerlo imposible para la mayoría.”Ya hemos comentado otras veces el error de la hipótesis aditiva – a la que tendremos que dedicar una de estas postales para contribuir a deshacerlo- así que ahora sólo lo señalaremos para más tarde razonarlo “in extenso” . El enunciado se presenta así: No es que la vivienda sea cara porque el suelo también lo sea sino que, precisamente, el suelo alcanza precios altos porque la vivienda se puede vender al mayor precio posible. Exactamente al revés de lo que creen muchos: éste sí que es uno de los mitos clave de la Inmobiliaria, en nuestro país. (3) Los amos del suelo no es que sean “unas almas de la caridad” pero tampoco son unos “desalmados sin escrúpulos”. Sencillamente participan del juego que se ha creado en nuestra patria. Se les puede machacar si incumplen las reglas – y en estos meses últimos estamos viendo ejemplos de ello- pero no se debe criticar porque jueguen a un juego tutelado por los Poderes Públicos. Es a éstos a los que se debe de reclamar dos cosas que apenas hacemos los contribuyentes:a) Que velen porque nadie se salte las reglas del juego, y se castigue duramente a sus infractores, y…b) Que cambien las reglas del juego, porque éste –ya lo sabemos y no se puede acumular más certeza sobre esto- no divierte a muchos y sí angustia en cambio a la mayoría. Una segunda precisión es necesaria. Aunque en el artículo distingue entre propietarios de suelo, empresas y particulares, y presenta gráficos con esa distinción, hay una ausencia: los invitados, los que permanecen “invisibles” al fondo: “Los hombres de verde” ¿Quiénes? Los “hombres de verde”, los “MIG”, los financiadores de la adquisición en los casos de compra de suelo por parte de promotores o de los financiadores de liquidez a propietarios históricos de suelo que pueden ofrecer sus suelos como garantías de determinadas operaciones.Ésos son, en algunos casos, los verdaderos Amos del Suelo.Notas: (1)En su edición del 21/12/2007. El periodista que lo firma es Javier OTERO.(2)La Hipótesis aditiva es la que cree que el precio final de la vivienda es la suma de una serie de costes (suelo, construcción, honorarios, diversos, financieros, comerciales) a los que se añade el beneficio del promotor para lograr así el precio de venta.(3)Prometemos explicar a fondo el error de la hipótesis aditiva en otra de nuestras postales.………………………………………………………………………………………… Archivado en: [El Suelo] [Estrategias empresariales] [ Poderes públicos] (c) de la image: Revista Tiempo